Encantamiento
Fue atravesarse en su camino aquella potranca alazana y comenzar a seguirla, ardoroso, por los ásperos riscos de Sierra Morena con un trote tan infernal que terminó dando con los malhadados huesos de su jinete en el suelo.
-Deténgase, señor Rocinante, deténgase -rebuznaba el buen rucio-, que ni se llama Apuleya, ni es jaca, sino cabra montesa aquella que os turba los sentidos.
Mientras acudía en socorro de su señor, cruzaba Sancho con su cabalgadura una mirada de paciente complicidad.
-Deténgase, señor Rocinante, deténgase -rebuznaba el buen rucio-, que ni se llama Apuleya, ni es jaca, sino cabra montesa aquella que os turba los sentidos.
Mientras acudía en socorro de su señor, cruzaba Sancho con su cabalgadura una mirada de paciente complicidad.
Dorotea
17 de November de 2021 / 04:55
17 de November de 2021 / 04:55
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