Cayó la primera gota. Todo estaba listo. Era el momento preciso para demostrarles a esos soberbios citadinos su vulnerabilidad. Ninguno cedió a los ruegos. La revolución estaba a la vuelta de la esquina. Ese día lluvioso cuentan algunos ciudadanos que por algún extraño motivo ningún paraguas en la ciudad se abrió.
José Álvarez
11 de May de 2017 / 09:41
Rebelión 11 de May de 2017 / 09:41
José Álvarez
taller 12 de May de 2017 / 19:57
carlos bortoni
Listo 13 de May de 2017 / 10:59
José Álvarez
 

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