Al recibir el mensaje de Dios, el justo hombre, se puso a hacer sombrillas. Dos por pareja para ser exactos. Cuando el aguacero arrancó todos comenzaron a abrir sus paraguas.
Cuarenta días después, al amainar la tormenta y volver las aguas a su cauce, los cuerpos de las victimas ahogadas demostraban su fe con las tiesas manos todavía aferradas a sus parasoles.
Black Dot
10 de May de 2017 / 15:27
Otro mensaje 10 de May de 2017 / 15:27
Black Dot
Taller 19 de May de 2017 / 00:57
Dakiny
 

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