Selección del 6 de octubre
* “En un lugar de la cancha” de Pancho Sanza
Las violaciones sistemáticas a las leyes de la física y de la lógica en sus aberrantes historias son una constante en su obra. Ellas lo llevaron a ganar la paternidad de un nuevo género literario: la ciencia-fricción, además de hacerlo merecedor de un doctorado horroris causa por parte de una de las más prestigiadas universidades de Andorra, su patria adoptiva, luego de que quedara huérfano cuando su país natal lo repudió, al tiempo que lo desconocía y declaraba persona non gratis, poniéndolo a remate al mejor postor. Terminaron regalándolo. Su libro más reciente, El desastronauta, que puede consultarse en la nube cualquier día lluvioso es, en realidad, una auto-biografía disfrazada de biografía, escrita mientras competía en el Rally París-Dakar a bordo de su vehículo de energía eólica, con el que sostiene encuentros a machetazos de cuando en cuando.
* “Mantenimiento” de Black dot
No hay nada más asombroso que los que trabajan reparando caminos. Las cuadrillas para solucionar los problemas diarios son numerosas. Eso sí, todas entrenadas en las mismas escuelas y métodos de trabajo ágil. Esta el topo, quien se encarga de escarbar las zanjas que van desde un centímetro hasta un par de metros de profundidad; el oficial de sostén de pala; el cuidador del pico; el guardián de la lámpara de mano; el custodio del plano; el guarda del tráfico; el enviado de las bebidas y nunca debe hacer falta el gran líder que observa todo con el casco de seguridad entre el brazo y las costillas y una mano en el bolsillo del pantalón siempre como la mayoría de ellos sin hacer absolutamente nada.
* “Sueño por goteo” de bebé
Quería saber qué provocaba sus sueños húmedos. Su vida sexual era bastante activa y aún así, en el verano, se producían a menudo. Durante noches esperó, hasta que logró descubrir su origen durante la tormenta: había una gotera en el techo.
Las violaciones sistemáticas a las leyes de la física y de la lógica en sus aberrantes historias son una constante en su obra. Ellas lo llevaron a ganar la paternidad de un nuevo género literario: la ciencia-fricción, además de hacerlo merecedor de un doctorado horroris causa por parte de una de las más prestigiadas universidades de Andorra, su patria adoptiva, luego de que quedara huérfano cuando su país natal lo repudió, al tiempo que lo desconocía y declaraba persona non gratis, poniéndolo a remate al mejor postor. Terminaron regalándolo. Su libro más reciente, El desastronauta, que puede consultarse en la nube cualquier día lluvioso es, en realidad, una auto-biografía disfrazada de biografía, escrita mientras competía en el Rally París-Dakar a bordo de su vehículo de energía eólica, con el que sostiene encuentros a machetazos de cuando en cuando.
* “Mantenimiento” de Black dot
No hay nada más asombroso que los que trabajan reparando caminos. Las cuadrillas para solucionar los problemas diarios son numerosas. Eso sí, todas entrenadas en las mismas escuelas y métodos de trabajo ágil. Esta el topo, quien se encarga de escarbar las zanjas que van desde un centímetro hasta un par de metros de profundidad; el oficial de sostén de pala; el cuidador del pico; el guardián de la lámpara de mano; el custodio del plano; el guarda del tráfico; el enviado de las bebidas y nunca debe hacer falta el gran líder que observa todo con el casco de seguridad entre el brazo y las costillas y una mano en el bolsillo del pantalón siempre como la mayoría de ellos sin hacer absolutamente nada.
* “Sueño por goteo” de bebé
Quería saber qué provocaba sus sueños húmedos. Su vida sexual era bastante activa y aún así, en el verano, se producían a menudo. Durante noches esperó, hasta que logró descubrir su origen durante la tormenta: había una gotera en el techo.
Daniela Truman
28 de October de 2021 / 03:38
28 de October de 2021 / 03:38
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