Al morir, Van Gogh reencarnó en un portentoso toro. Vivía apaciblemente pastando y haciendo frecuentes visitas a su harem. Algo le dijo que andaba mal cuando fue subido a un camión y llevado a la plaza de toros. Esta vez fue la oreja derecha la que perdió.
Pseudónimo
03 de October de 2021 / 05:08
Karma 03 de October de 2021 / 05:08
Pseudónimo
Sin problema de mi parte, Pseudónimo 11 de October de 2021 / 16:39
Jorge Oropeza
 

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