Arturo sale de la fiesta y aborda su automóvil. Enfila por la solitaria avenida y enciende la radio para escuchar música. De pronto, una voz interrumpe la transmisión y hace un anuncio urgente:

–Estimado radioescucha conductor: si usted circula por la Avenida de las Américas extreme precauciones. Un conductor irresponsable transita en sentido opuesto a alta velocidad por esa vía.

Arturo disminuye la marcha, se aclara los ojos mientras observa las luces que se aproximan a toda prisa hacia él y se pregunta:

–¿Solo uno?, es mentira, ¡son todos!