A la urna
Cruel destino
bebé
Nadaban despreocupadamente cuando fueron atrapados por una enorme red. Al ser arrojados a la bodega del barco minutos después, recordaron las anécdotas inverosímiles de algún sobreviviente y creyeron entender el significado de "estar como sardinas". Aquel hacinamiento no solo era indigno, sino claustrofóbico. No sospechaban que hubiera algo peor. Los infortunados pececillos no podían imaginar la odisea que aún les esperaba, desde las cámaras frigoríficas y la planta empacadora hasta los anaqueles del supermercado.
El gran escape
Pitecantropus
Hasta donde recordaba, siempre había visto las mismas paredes de la estrecha mazmorra. Con el tiempo, se enteró de los planes de escape de su compañero de celda y decidió adherirse para huir con él. Pero, justo antes de escabullirse por un boquete en el techo, el prisionero se cambió de ropa sin previo aviso. Tras la sorpresa, sin poder quitarse el maloliente uniforme de encima, la pulga no tuvo más remedio que quedarse a rumiar su soledad y esa sensación de encierro cada vez más opresiva.
Klaus Trophobisch
Pi
El presuntuoso teniente de caballería de la Wehrmacht sonrió burlonamente a sus colegas cuando fue ascendido a capitán, adscrito a una división motorizada. En pocos segundos su expresión cambió. Su rostro reflejaba un temor paralizante cuando le informaron que estaría al mando de uno de los nuevos tanques Königstiger que acababa de recibir el ejército nazi.
bebé
Nadaban despreocupadamente cuando fueron atrapados por una enorme red. Al ser arrojados a la bodega del barco minutos después, recordaron las anécdotas inverosímiles de algún sobreviviente y creyeron entender el significado de "estar como sardinas". Aquel hacinamiento no solo era indigno, sino claustrofóbico. No sospechaban que hubiera algo peor. Los infortunados pececillos no podían imaginar la odisea que aún les esperaba, desde las cámaras frigoríficas y la planta empacadora hasta los anaqueles del supermercado.
El gran escape
Pitecantropus
Hasta donde recordaba, siempre había visto las mismas paredes de la estrecha mazmorra. Con el tiempo, se enteró de los planes de escape de su compañero de celda y decidió adherirse para huir con él. Pero, justo antes de escabullirse por un boquete en el techo, el prisionero se cambió de ropa sin previo aviso. Tras la sorpresa, sin poder quitarse el maloliente uniforme de encima, la pulga no tuvo más remedio que quedarse a rumiar su soledad y esa sensación de encierro cada vez más opresiva.
Klaus Trophobisch
Pi
El presuntuoso teniente de caballería de la Wehrmacht sonrió burlonamente a sus colegas cuando fue ascendido a capitán, adscrito a una división motorizada. En pocos segundos su expresión cambió. Su rostro reflejaba un temor paralizante cuando le informaron que estaría al mando de uno de los nuevos tanques Königstiger que acababa de recibir el ejército nazi.
Memo
09 de August de 2021 / 02:59
09 de August de 2021 / 02:59
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