Temerosos de ser alcanzados al empezar a fallar el motor, los tripulantes del automóvil puntero en el rally de carretera derramaron aceite en una curva para provocar el despiste de quienes venían varios kilómetros detrás. Luego, antes de que hubieran caminado dos pasos arribó siguiente vehículo y se escuchó un estruendo. Fueron sus cuerpos los que alcanzaron a amortiguar el impacto contra una barda, apenas lo suficiente para que sus competidores salvaran la vida.