Aquella pluma, que parecía tener talento y personalidad propios, fue un regalo de su padre. Era invaluable. Le había ayudado a escribir sus mejores obras y lograr éxitos editoriales. Aun cuando era cierto que estaría más segura y protegida en su estuche, no creyó apropiado guardarla ahí, ni dentro de una gaveta. Otra crisis nerviosa por confinamiento sería fatal para su carrera. El mal de Parkinson que él padecía ya era suficiente riesgo.
Murata
18 de July de 2021 / 22:56
Un gran escritor 18 de July de 2021 / 22:56
Murata
Taller 20 de July de 2021 / 17:13
Elisa A.
 

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