Viajeros con destino Terrilandia, embarquen en la puerta 22E —se escuchó por la megafonía del aeropuerto—, y en pocos minutos se formó una larga cola delante de la azafata, que recogía las tarjetas de embarque.
De pronto la cola se frenó, la azafata se quedó inmóvil, un avión rosa que acababa de despegar se paró en el aire, las escobas dejaron de barrer al ritmo de la música y los coches enmudecieron. Poco después, los conejos, los cerditos, el gran danés, el lobo, el caniche y el resto de los personajes, desaparecieron y el niño empezó a llorar, mientras escuchaba a su madre que decía: Hasta que no acabes el plato no te pongo los dibujitos.
Crispín
17 de April de 2017 / 00:17
Hora de comer 17 de April de 2017 / 00:17
Crispín
 

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