Una mente brillante
La esclerosis lateral amiotrófica le impedía moverse, comer o hablar. Una silla ambulante con motor, equipada con sensores, autonavegación y un sintetizador de voz sería su primera prótesis; después, un exoesqueleto automatizado que controlaría mediante leves movimientos oculares y más tarde, con impulsos nerviosos originados directamente en el cerebro. Finalmente, el desarrollo de nano-robots –pequeñísimos autómatas de tamaño molecular, capaces de hacer reparaciones en las neuronas y nervios dañados– le daría la oportunidad de recuperar la movilidad y su vida anterior. Aquellos portentos de la ciencia médica y la ingeniería solo tenían una desventaja: radicaban en su cabeza, lo único que los médicos creían que aún le funcionaba.
Lafitte
17 de June de 2021 / 14:21
17 de June de 2021 / 14:21
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