La Marina de Ficticia
MINIFICCIONES FINALISTAS DE MAYO DE 2021

Tema: Herencias
Juez: Manuela Fernández Cacao, escritora española


Día 1
Tallerista: Carmen Simón


La herencia
Pepe Le Pew

Decía papá que era necesario estar preparado para cualquier adversidad. Compró desde un caballo, en previsión a una crisis petrolera, hasta una casa-remolque para enfrentar un posible desahucio. Sin hacer caso de las quejas y el horror de mamá, acumuló todo lo que pensaba que podía ser útil en el futuro: más de trescientos pares de zapatos usados, cerca de quinientas garrafas vacías para agua, dos toneladas de periódicos, libros y revistas viejos, doce barricas de vino y otras tantas llenas con clavos, tornillos, tuercas, alambres, cables, componentes electrónicos y otras chácharas metálicas. Además, cinco radios de onda corta, dieciocho televisores, diez computadoras y un generador eléctrico capaz de dar electricidad a medio pueblo. Hasta que fue demasiado tarde. Murió ahogado en deudas, a pesar de mis intentos por rescatarlo. Sí, llegué a sentir un placer casi espurio al descubrir que no tuvo la precaución de adquirir un bote salvavidas, como el que yo acabo de comprar.
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Día 2
Tallerista: Fernando Tamariz


Última voluntad
Pseudónimo

Cuando papá murió, supuse que yo sería inmensamente rico. Y lo era... en el papel. Todo su dinero lo tenía invertido en acciones de prestigiadas y sólidas empresas. Su testamento estipulaba que no podía venderlas hasta cinco años después. El desdichado viejo se salió con la suya: aún muerto me obligaba a trabajar.
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Día 3
Tallerista: Jorge Oropeza


Mala suerte
Pitágoras

Como primogénito estaba preparado, mis cualidades eran las idóneas y cumplía con todos los requisitos para ser rey. Haber nacido en la cuna equivocada era el único impedimento.

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Desde muy atrás
Black Dot

Dicen que cada tercera generación se repite algún rasgo de nuestros antepasados. Yo no soy atractiva ni bonita. Mi esposo presume que sus abuelos llegaron en un bote a este país y se establecieron como haciéndole un favor a la patria. Yo me casé con él porque quería mejorar mi estirpe. El resultado ha sido una mezcla de rasgos de un poco más de tres generaciones: parece que en lugar de una cigüeña, me los han traído en una máquina del tiempo directo de la prehistoria.
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Día 4
Tallerista: Marcial Fernández


Una familia como cualquier otra
Merita

Es triste admitirlo, sí, pero sucede en las mejores familias: cuando el abuelo murió nos peleamos como perros y gatos por la herencia. Y como siempre pasa, al final nadie queda del todo satisfecho con el reparto. Mis primos heredaron su intolerancia a la lactosa; a mi madre le tocó su calvicie y los pelos en las orejas, que por lo menos compensa con su talento para los negocios; tía Eulogia consiguió su fabulosa capacidad de predecir el clima con dos días de anticipación según lo hinchado de las rodillas. Yo soy el único que no se queja: tengo sus ojos, que guardo amorosamente en un frasquito debajo de mi almohada.

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Suma cero
Pi

Habría deseado heredar la facilidad de mi padre para hacer dinero y no tanto la de mamá para gastarlo en vestidos, pelucas, zapatos y chucherías, pero las leyes de Mendel son traicioneras. El cuerpo espectacular que me fue otorgado me permite lograr lo primero y me exige lo segundo. Entretanto, solo quedan las huellas de los años.
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Día 5
Tallerista: Daniel Frini


Fahrenheit 451
Pingüino

La angustia que me invadió, cuando supe que heredaría los libros de mi padre, me hizo recordar aquella obra. Sabía que la policía estaría gustosa de recibirlos y la mafia por recuperarlos.
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Día 6
Tallerista: Daniela Truman


Consuelo
P. Razo

En lugar de bienes, solo heredé males: miopía, diabetes y un persistente mal sabor de boca que no se quita con nada. Las bondades de ese legado serán notorias cuando se manifieste el Alzheimer y olvide todo.

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Ingratitud
Gesel van God

No esperaba tal desprecio de mis padres cuando murieron. Como hijo único, confiaba en que mi vida se resolvería con la herencia. Me dejaron con la esperanza marchita y todo fue donado a un hospital. Fue doloroso enterarme de su incapacidad para valorar mis esfuerzos por procurarles una muerte rápida.
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Día 7
Tallerista: Jorge Oropeza (en sustitución de Carlos de Bella “Sapo”)


Final del tiempo,
Black Dot

Los Humboldt eran una familia que llegó a aquel país sin un centavo. A base de trabajo y una que otra triquiñuela el patriarca de la familia se hizo de una fortuna considerable. Los Pérez, nacidos en esa tierra, podían trazar su herencia hasta la fundación de la patria, aunque con el tiempo se vinieron a menos y se multiplicaron en el sentido bíblico. Ni Humboldt ni Pérez dejaron heredad. El uno decidió que lo enterraran con todo su dinero en un gigantesco ataúd, y a su funeral asistieron únicamente las dos ex esposas y los cuatro hijos. El otro, no teniendo un quinto partido en dos, fue sepultado en un hoyo mal hecho y a sus exequias asistieron los cientos de familiares y varias de sus amantes con sus respectivos hijos naturales que, desoladas, lloraban humedeciendo la tierra con sus lágrimas.

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Año 2054
Papalotl

Fui atacado por osos polares y tigres. Días después tuve que huir de una manada de lobos y correr por las calles de Pamplona perseguido por un toro. Cada vez que vivía una de esas aventuras era presa de una profunda melancolía. Más tarde descubrí la causa. La sorprendente tecnología virtual o los recuerdos en réplicas computarizadas, al reproducir lo que exterminaron las generaciones que nos dejaron este páramo como herencia, son incapaces de igualar la sensación de una auténtica descarga de adrenalina.

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Rápido y furioso
Serpico

Aquélla era una auténtica máquina del tiempo heredada de mi padre. Con solo verla era fácil volver al pasado. Doce cilindros en V, veinticuatro válvulas, cuatro correas de distribución y transmisión automática. Ponerla a punto implicaba perderse varios días, los mismos que después se recuperaban al hacer esos largos y veloces recorridos a los cuatro puntos cardinales, con la misma rapidez con la que consumía gasolina. De hecho, lo único que me molesta al grado de enfurecer, es que su testamento no incluyera una provisión para mantenerla.
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Día 8
Tallerista: Dolores Díaz A. (“Tequila”)


El arte de mandar
Cuervo Azul

A la mujer le diagnosticaron una patología atávica: esa dejadez manifiesta en la que derivaron sus frustraciones. Si bien la antropología lo había interpretado como “neurosis de la madre”, en la actualidad es aún más complejo: ¿se trata acaso de un rasgo filogenético o antecede a la creación, en la que incluso Eva no supo distinguir el pecado original del fino arte de la seducción?

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Embriaguez por el poder
Pancho Sanza

Heredaba un país rico y diverso, aunque plagado de problemas que se habían gestado desde tiempos inmemoriales: inseguridad, injusticia, pobreza y desigualdad, además de corrupción, entre otros asuntos que lo habían llevado al caos y la polarización. Su carisma, la cercanía con los desprotegidos y su ascenso al trono ofrecían una esperanza. En sus manos estaba la oportunidad de sanar las heridas, de tender puentes y crear unidad para construir un nuevo futuro para todos. La desperdició en confrontaciones inútiles con todo aquel que no pensaba igual que él o se plegaba a su plan absolutista, y en hacerse de enemigos para justificar su ineptitud. A final de cuentas, la ambición por un poder omnímodo era, también, parte del legado que recibió de sus antepasados en el trono.
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Día 9
Tallerista: Lucía Casas Rey


Enigma
Pitecantropus

El pico de pato y las patas palmeadas le hablaban a Platypus de su innegable origen. Lo que no alcanzaba a comprender era de quién había heredado el pelaje, las garras y el espolón venenoso. La cola era lo de menos, supuso que pudo haber habido un castor en la familia. También se preguntaba a quién se le habría ocurrido llamarlo ornitorrinco.
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Día 10
Tallerista: Tomás del Rey


La heredera
Marjorie

Aunque no puedas responder, me gusta contarte que gracias a ti he dejado de ser una princesa de piel azul, una flor prisionera en un jarrón de miedo. Cada noche te imagino en mis sueños. A veces eres un señor con bombín; otras, una mujer de cálido regazo; las más, un chico de ojos vivos y flequillo rebelde. Nunca lo sabré. Sí que fuiste generoso, como también lo fueron quienes te querían. Te debo las mejillas sonrosadas, la posibilidad de correr, de jugar, de bailar hasta caer rendida y la certeza de que este corazón, que antes fue tuyo, continuará dentro de mí, latiendo.

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Ironía
Phileas Fogg

En vida de mi padre tuve todo lo que él quiso darme, menos lo más importante: su tiempo. En compensación, al morir, me heredó su colección de relojes.

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Testamento
Black Dot

Para burlarse de nosotros ese hombre cruel se fue de este mundo jugándonos una última broma. El lector del testamento mencionó a cada uno de nosotros, delineó nuestras debilidades; drogas, mujeres, hombres, autos, armas. Nuestras fortalezas también fueron enumeradas; nada, nada y nada. Nos informó de que el monto de su fortuna era parejo a la suma de nuestras debilidades. Por ello, para equilibrar la balanza, hijos e hijas heredaríamos lo equivalente a nuestras fortalezas, cantidad que también coincidía con el amor que le dimos. El resto se entregaría a su amante, sesenta años más joven que él.
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Día 11
Tallerista: Carlos Bortoni

Confrontado
Lafitte

El confinamiento debido a la pandemia ha impuesto grandes sacrificios. Me obligó a aceptarme a mí mismo como única herencia.

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Doble herencia
Pepe Le Pew

Papá siempre fue generoso. A su muerte me heredó lo que más apreciaba: mi madre. La casa, los autos y demás, fueron a dar con sus amantes.
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Día 12
Tallerista: José Luis Sandín (“El águila descalza”)


Heredad
Black Dot

Debimos de pensar que volvería. Tres de cada cinco regresan. No saben adaptarse a su nueva realidad. Aparte, este lugar transforma a la gente. La primera vez que uno es internado se piensa, inocente, que la transformación será benigna, pero no hay nada tan apartado de eso. Cuando pruebas la sangre, ya nada tiene valor, nada es sagrado. El día que el Perra salió libre, me dejó su televisión y un par de libros. La tele la conservé, pero los libros los tiré a la basura. ¡Qué iba yo a aprender de ellos! Cuando lo regresaron a purgar otra condena, me pidió la televisión. Tuve que matarlo para que entendiera lo que era una herencia.

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Día 13:
Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno


La más querida
Pi

Se llamaba Isabela y fue la mejor muñeca de mamá. Envuelta con todo cuidado y perfumada, la guardó con celo al fondo del armario de donde la sacó antes de heredármela. En sus desvaríos me confesó que fue a la edad de doce años cuando la tuvo y, apenas unos meses después, se le murió.

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La herencia de la abuela
Black Dot

La abuela fue muy quisquillosa con sus pertenencias. Tenía un viejo cofre de latón que descansaba al pie de su cama. En él guardaba cosas que mantenía en secreto. Por las tardes revisaba para cerciorarse de que todo estuviera como lo había dejado. El día que falleció la encontramos rígida, abrazada al cofre de pirata, los ojitos de rata abiertos y las manos, engarrotadas, prendidas del candado que protegía su tesoro. Mi padre y tía Piedad decidieron, al cabo de nueve días de rosarios, abrir el baúl y repartirse el contenido. Dentro encontraron un par de monedas de oro; cartas y fotos de un hombre desconocido, un frasco con los restos de un feto conservado en formol y un mensaje rogándole a Dios que cuidara a su hijo.
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Día 14
Tallerista: Mónica Brasca

Herencia materna
Pitágoras

Mi gusto por la literatura se lo debo a mi madre. Nunca olvidaré su sopa de letras, un auténtico poema.

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Las mil y una noches
Simbad

Siempre creí que mi padre era el sultán, porque mi madre era una esclava que él había mandado traer de tierras lejanas. Ya no tengo certeza desde el día en que aquel desconocido me entregó un pergamino y el camello que me dejaba como herencia quien años atrás había conducido aquella caravana por el desierto.
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Día 15
Tallerista: Patricia Mejías


Medio oriente
Pancho Sanza

Tomó varias generaciones para que aquella añeja costumbre se arraigara y, por fin, todo indica que tantos años de lucha han rendido frutos. La guerra ya forma parte de su código genético.
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Día 16
Tallerista: Josep M. Nuévalos


Asuntos de familia
bebé

No es fácil renunciar a una herencia de tanta tradición, arraigo e impregnada en la sangre. Entre la parentela nos referimos a ella como la Cosa Nostra.

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Patrimonio
Buenas

Miopía, lordosis, pies planos, canas prematuras... ¿Alguien sabe cómo hacer para renunciar a esta herencia?
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Día 17
Tallerista: Carlos Martín Briceño

Relevo
P. Razo

Abandonado desde pequeño, su existencia transcurrió en las calles hasta llegar a viejo. Se lamentaba no haber hecho nada en la vida y no veía posibilidades de trascender. Sin embargo, sospechaba que tenía un ángel protector, pues jamás hubo una Nochebuena en la que no recibiera un regalo. A mediados de diciembre, en la penumbra de su vivienda improvisada, recibió la visita de un anciano de barba blanca, botas y un peculiar atuendo rojo quien llevaba un paquete bajo el brazo. Pensó que había llegado su hora.

—Sé que habrás de perdonarme algún día, hijo mío —anunció con voz trémula. Era necesario que pasaras esta dura prueba y sufrieras privaciones para entender el sentido de la humildad y la generosidad. Llegó el momento de que heredes el puesto y de ponerte esta ropa para continuar mi ingrata labor. Yo ya estoy fastidiado. Feliz Navidad. Jo, jo, jo.
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Día 18
Tallerista: Elisa Armas


Herencia
Telares

Repartimos las cenizas en partes iguales. De los bienes, ya se había ocupado el banco.
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Día 19
Tallerista: Paola Tena


Consanguíneo
Black Dot

¡Vaya herencia la mía! Tuerto, manco y cojo. No sé si mis hermanos son mis primos, o si mis tíos mis hermanos. Lo único bueno que me dejaron mis padres fue esta residencia permanente en el hospital. Soy sujeto de investigación. Todo un capítulo dedicado a mí en el libro del incesto.

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Cinco hermanos y un funeral
Pitecantropus

Mamá no cesaba de llorar durante el sepelio de mi padre. Entre sollozos nos recordaba que Manuel tenía sus ojos; Roberto, la nariz y Julián, sus orejas. También que Luis había heredado sus labios y yo, el mentón. Aunque satisfechos por su legado, todos estábamos consternados al ver al viejo tan maltrecho y desfigurado, sin saber cómo confortarla, hasta que alguien tuvo la brillante idea de cerrar el féretro.

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Rara avis
Melón

Era enamoradizo, ingenuo y tenía gustos extravagantes. Su primera pareja, que era su vecina, trabajaba con un mago, quien jamás pudo reaparecerla después de un truco fallido. Después desposó a una guacamaya, que terminó por hartarlo con sus peroratas. Luego anduvo con una alondra de bello canto que nunca volvió después de su primera gira. Más tarde se enamoró de una golondrina que iba de paso al sur. Su última conquista fue el ave fénix. Ella resucitó; él no. Como legado, aquella blanca paloma que fue mi padre, nos heredó el negocio de mensajería, que entregamos en diversos formatos: escritos, parlantes, cantados, en código Morse o por señales de humo, al gusto del cliente.

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Garantía divina
bebé

Sin importar cómo nos comportemos en vida, nuestro generoso y omnipresente padre ya se encargó de garantizarnos un mínimo que heredar: el infierno.
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Día 20
Tallerista: José T. Espinosa-Jácome (“El último Abencerraje”)


Viejo lobo de mar
Pseudónimo

Mi padre era un reconocido parlamentario y diplomático. Cuando falleció, estaba seguro que los herederos pelearíamos a muerte por quedarnos con sus bienes. En su testamento pidió que se nos entregara una pistola con una sola bala a cada uno de los herederos. Sabía que solo mediante el diálogo y la negociación podríamos llegar a un acuerdo razonable.

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Intestado
Black Dot

Es por herencia que estoy aquí ¿sabe? Sí, por pura heredad es que llegué a este lugar. Uno mama lo que ve, lo que escucha, lo que le enseñan. Mi abuelo usaba los puños para resolver todo conflicto. Mi padre era golpeador, todo lo solucionaba a puñetazos y patadas. Yo también y como ellos no me metía con los hombres, pero a mi esposa y a mis hijos los cagué a palos. Soy tercera generación y última en esta cárcel, no porque enseñara a mis hijos el poder de las palabras sino porque los maté. Ellos, a Dios gracias, no heredarán.

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Bajo el microscopio
bebé

Cuando supe del sitio exacto donde estaba mi herencia, me sentí confundido. Fue preciso analizar una muestra de ADN para entenderlo.

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Falsas expectativas
Murata

Si hubiera sabido que mis padres tasarían la herencia de acuerdo al peso, jamás me hubiera vuelto vegetariano.

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Una herencia para Baby Doc
Lafitte

No me interesaban las propiedades, autos y cuentas bancarias de papá Duvalier. Lo más valioso era la presidencia. Con poder, obtendría lo que fuese.

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Herencia a destiempo
Gesel van God

Luego de que su abuelo modificara un ordenamiento medieval que restringía la sucesión a las mujeres, Victoria de Saboya podía aspirar a la corona italiana. Era una buena noticia para una joven con ambiciones en cualquier otra época, mas no para ella, después de setenta y cinco años de que se instaurara la república tras la abdicación de su bisabuelo.
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