La huella del tiempo era notoria en el título hereditario que acababa de recibir. Los actos y omisiones de mis antepasados lo habían manchado y eran la causa de que estuviera enmohecido. Una larga cauda de negligencia y vanidad lo había deteriorado. En mí estaba devolverle el brillo y volver a darle el lugar que merecía. Un hábil artesano logró reproducirlo en una hermosa placa de acero inoxidable que ahora adorna la chimenea de mi nueva propiedad en Brighton. Por lo demás, business as usual.
Pingüino
16 de May de 2021 / 21:06
El nuevo duque 16 de May de 2021 / 21:06
Pingüino
Comentario Taller 18 de May de 2021 / 04:22
José M. Nuévalos
 

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