Forjado a sí mismo, de Anónimo
Yo era un hombre pacífico y laborioso como muchos. Aspiraba a ser reconocido por mi trabajo y lo intenté por varios caminos. Si bien no tenía habilidades en algunos campos, fue en el mal donde descubrí un gran potencial y encontré mi vocación por casualidad el día que arrollé a un ciclista por accidente y me deshice del cuerpo. La avidez de los medios por la noticia y el morbo de la gente hicieron el resto. Desde entonces soy famoso sin tener, siquiera, la necesidad de pagar por publicidad ni de disponer de patrocinadores. Unos cortes hechos a destajo por ahí, cinco cadáveres envueltos en periódicos por allá o diez bultos sanguinolentos y desfigurados de unos perfectos desconocidos dejados a media calle me han dado celebridad y un nuevo rostro. El mismo que, paradójicamente, nadie conoce porque no concedo entrevistas, ni me interesan.
El último Abencerraje
01 de May de 2021 / 22:30
01 de May de 2021 / 22:30
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