Antes de ser la “Rosa del Cuchillo” no era más que una madre y esposa a tiempo completo. Me llamo Ana Tapia Cruz. Tres hijos. Un marido que labora en la banca. Reuniones escolares de vez en cuando y la compra del mercado, y a la casa. Sin maquillaje, una cola de caballo… Ese al que tengo por compañero de vida, dice que todo arreglo es inmoral, pero no lo es ni la violación ni el embarazarme para forzar el matrimonio. No lo culpo primero que él fueron mi padre y abuelo. Desde entonces, todo se volvió una pesadilla. Hasta que supe que aquí sí tenía el control. Míreme ahora; Soy la mujer de mis sueños —Y deslizo las manos por el vestido rojo pétalo para remarcar mi cuerpo de ensueño—. En este mundo, puedo ser y hacer lo que quiero. Por ejemplo, el arma homicida. —Y materializo ante los ojos asombrados de mi víctima una navaja—. Con un rápido movimiento, le cerceno la garganta. Oigo los pasos apurados,los silbatos de la policía, la gente horrorizada al verme manchada de sangre. Tantos ojos sobre mí, me excitan. El sonido del despertador marcando el ritmo de los espasmo del orgasmo, me despierta. 7:30 am. Preparo el desayuno a los chicos y a Mario antes de que se marchen a la escuela y al trabajo.
¿Quién dice que una asesina serial no puede llevar una vida normal después de una noche de crímenes oníricos?
Celecanto
19 de April de 2021 / 04:56
Doble vida 19 de April de 2021 / 04:56
Celecanto
Taller (seleccionada) 19 de April de 2021 / 15:32
Elisa A.
 

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