Cuando la flor vio que el florista se acercaba, le gritó:

—Asesino, proxeneta, ladrón de belleza…

El florista pensó en aquellas palabras y, sereno, con manos expertas, la cortó para ponerla en un florero. La contempló embelesado y le dijo:

—Por ti, bonita, me darán mucho dinero.
Marcial Fernández
05 de April de 2017 / 16:55
FLOR (no participa) 05 de April de 2017 / 16:55
Marcial Fernández
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.