La plaza, en una ciudad europea, tiene la concurrencia habitual. Es un día soleado como cualquier otro y la vida transcurre sin sobresaltos. Pobladores y turistas caminan, despreocupados entre las palomas, que apenas se apartan un poco para cederles el paso. Algunos se sientan en las bancas y observan alrededor bajo la mirada atenta de las torres de la iglesia de corte gótico.

Un hombre con extraña indumentaria se para al centro y de una trompeta solitaria brotan las primeras notas al aire. Varias cejas se arquean, escudriñan para descubrir de dónde proviene ese sonido que presagia algo inusual. Los guitarrones emergen de los portales, violines y guitarras surgen de entre la gente por las cuatro esquinas para acompañarlos. Algunos, entre la muchedumbre que ya se congrega, voltean a verse, entre confundidos y halagados por esa explosión tan viva de música y alegría. Más trompetas se unen y, para ese momento, los inconfundibles trajes negros con adornos plateados y sombrero de ala ancha delatan a los mariachis. Los niños bailan, hombres y mujeres sonríen, toman fotografías; otros asoman de los balcones, muchos aplauden mientras más de un mexicano entre la multitud derrama una lágrima de emoción y de nostalgia.
Papalotl
08 de March de 2021 / 16:35
Flashmob 08 de March de 2021 / 16:35
Papalotl
Taller (Seleccionada) 13 de March de 2021 / 11:05
Tequila
 

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