Selección febrero 2
Cambio de opinión
Debía escribir acerca del miedo a los árboles para un certamen literario. Era imposible. No podía hablar mal de ellos ni había motivo para temerles. Por el contrario, eran dignos de mi admiración, cariño y toda mi confianza. Tanta fe les tenía, que solo el concurso me hizo percatarme de que nunca había sido correspondido. Dudé y me hice mil preguntas hasta darme cuenta de que son displicentes, engreídos y disimulan su desprecio con altivez. Hoy les temo por ladinos. Alguna oscura intención han de ocultar. Ya encontraré alguno al que, sierra en mano, haga confesar.
bebe
Indeciso
Cada vez que tiene que tomar una decisión complicada se imagina trepando un árbol y le da miedo. Titubea y le sudan las manos. Subir al tronco se le dificulta. Luego, a medida que avanza y debe optar por una rama u otra, duda. Cerca del final le es más difícil mantener el equilibrio, siente que la gravedad lo jala con mayor intensidad. Por lo regular, termina en el suelo, derrotado, con algunos planes y sueños rotos. No tiene cabeza para eso. No escarmienta. Desde niño ha caído de testa cada vez que intenta subir al encino que hay en el jardín.
Poncio Pilatos
Fobia
Los árboles me perturban. Tan altos, tan fuertes, con esos brazos extendidos que a otros invitan a abrazarlos. No a mí, yo los prefiero muy lejos. Allá en sus bosques, donde no estimulen imaginaciones. A mí déjenme un jardín normal, con setos pequeños y ramas frágiles de las que jamás podría colgarme.
Corteza de roble.
Raíz profunda
Lo trajo mi padre, era una simple vara verde. Herimos la tierra para enterrarlo y creció bajo nuestros cuidados. Todo ha cambiado desde que mi madre se fue con el señor que la visitaba cuando papá salía de viaje. A nadie le importa ya nuestro árbol. Sus hojas invaden los lugares más recónditos de mi memoria donde, para siempre, he de ver a papá colgado de una las ramas.
Black Dot
Debía escribir acerca del miedo a los árboles para un certamen literario. Era imposible. No podía hablar mal de ellos ni había motivo para temerles. Por el contrario, eran dignos de mi admiración, cariño y toda mi confianza. Tanta fe les tenía, que solo el concurso me hizo percatarme de que nunca había sido correspondido. Dudé y me hice mil preguntas hasta darme cuenta de que son displicentes, engreídos y disimulan su desprecio con altivez. Hoy les temo por ladinos. Alguna oscura intención han de ocultar. Ya encontraré alguno al que, sierra en mano, haga confesar.
bebe
Indeciso
Cada vez que tiene que tomar una decisión complicada se imagina trepando un árbol y le da miedo. Titubea y le sudan las manos. Subir al tronco se le dificulta. Luego, a medida que avanza y debe optar por una rama u otra, duda. Cerca del final le es más difícil mantener el equilibrio, siente que la gravedad lo jala con mayor intensidad. Por lo regular, termina en el suelo, derrotado, con algunos planes y sueños rotos. No tiene cabeza para eso. No escarmienta. Desde niño ha caído de testa cada vez que intenta subir al encino que hay en el jardín.
Poncio Pilatos
Fobia
Los árboles me perturban. Tan altos, tan fuertes, con esos brazos extendidos que a otros invitan a abrazarlos. No a mí, yo los prefiero muy lejos. Allá en sus bosques, donde no estimulen imaginaciones. A mí déjenme un jardín normal, con setos pequeños y ramas frágiles de las que jamás podría colgarme.
Corteza de roble.
Raíz profunda
Lo trajo mi padre, era una simple vara verde. Herimos la tierra para enterrarlo y creció bajo nuestros cuidados. Todo ha cambiado desde que mi madre se fue con el señor que la visitaba cuando papá salía de viaje. A nadie le importa ya nuestro árbol. Sus hojas invaden los lugares más recónditos de mi memoria donde, para siempre, he de ver a papá colgado de una las ramas.
Black Dot
Fernando
01 de March de 2021 / 20:31
01 de March de 2021 / 20:31
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