Dictamen del Concurso de Ficticia, con el tema de El erotismo en la minificción
Tras gozosas y reiteradas lecturas y relecturas, fascinada por la mayoría de las minificciones finalistas de diciembre de 2020, he decidido emitir el siguiente dictamen:

PRIMER LUGAR
Experiencias lingüísticas
Gesel van God
Con el correr del tiempo y a través del espacio, el dominio de la lengua nos ha llevado a ti y a mí por caminos insospechados, a placeres prohibidos y a hacer acopio de conocimientos y vivencias inéditos. Nos ha guiado hacia el saber y a una amplia comprensión de lo que más nos interesa y amamos. ¿Te parece bien si dejamos que el deseo y nuestros cuerpos dialoguen esta noche? No dudo que nuestras lenguas, vivas y ardientes, darían paso a un debate acalorado y lleno de pasión, entre sábanas de satín, a la luz de las velas, música suave y champaña. Voudrais-tu essayer, mon cher?
Tallerista: El águila descalza

La pasión lingüística y los diálogos de la lengua (de las lenguas, mejor dicho) nos llevan a gozar palabra a palabra (recordemos que cada palabra dicha pone en juego a la lengua, las lenguas) de esta deliciosa minificción. Hace años mi maestro de redacción en la licenciatura en letras nos dijo que la definición de lengua que aparecería en un futuro en el diccionario era: órgano sexual que los antiguos utilizaban para hablar. No sé porque el leer “Experiencias lingüísticas” me recordó esa definición.

SEGUNDO LUGAR
Transformers
Pepe Le Pew
Es en la intimidad donde las manos hablan, la lengua palpa mientras el cuerpo escucha y sueña inventándose a sí mismo. Es el momento donde nos desdoblamos para asumir nuevas formas, convertidos en esencia y realidad. Surge el lobo, aparece un león, ruge el tigre al tiempo que la oveja se convierte en águila, en pantera, en la serpiente que me envuelve hasta la asfixia. Ahí, tú y yo somos materia incandescente, deseo, carne y sudor, historia y mito, pasado, futuro y presente. Ahí existimos, sobre y debajo de la piel. Somos sinfonía y concierto, poesía en movimiento, pasión, éxtasis, vida plena y la muerte recurrente.
Tallerista: Carlos Martín Briceño

Es en la intimidad donde las manos hablan, la lengua palpa mientras el cuerpo escucha y sueña inventándose a sí mismo, leemos y a partir de ese inicio el ritmo de la lengua (la que palpa y la que enuncia) nos recuerda que sólo en la intimidad, en el encuentro de los cuerpos, con manos, lenguas y sueños en medio de la incandescencia del deseo y del placer, se vive con plenitud y se renace cada día.

TERCER LUGAR
La Religiosa
Enigmática
Si es hábito del Señor el venir a socorrer mis deseos, mi vocación será complacerlo.
Tallerista: Josep M. Nuévalos

Esta minificción hiperbreve se inscribe en la rica tradición de amalgamar pasión religiosa con los deseos (y placeres, en este caso) del cuerpo. El humor y la ironía siempre se agradecen, también.

MENCIONES

Romance en blanco y negro
Pseudónimo
Cruza la puerta y entra en silencio a la habitación donde la espera. Desata la bufanda, suelta el abrigo y se sienta frente a él. Murmura palabras seductoras, palpa y coloca sus manos, hasta sentir la intimidad en sus yemas. La atmósfera tiñe el salón de rojos y anaranjados y las llamas de la chimenea dibujan dos siluetas. Comienza el ritual. El contacto de sus dedos ágiles lo hace vibrar, le arranca acordes de dulces notas, susurros y explosiones de júbilo en todos los tonos, al tiempo que ella se percibe transportada en éxtasis. Al calor del fuego que aviva el cortejo, los movimientos suaves, en contraste con otros firmes y decididos, los estremecen. Un encuentro de pasión y romance en perfecta armonía. Entrada la noche, excitada aún, lo acaricia y le obsequia un beso. Con una sonrisa maliciosa, camina lentamente hasta la recámara, se desnuda sin pudores, y entre risas, brinca juguetona en la cama, segura del éxito que tendrá en el concierto.
Tallerista: Carmen Simón

El erotismo en el tocar (y escuchar) música aparece en varias minificciones: “Concierto para la mano izquierda”, de Diana Raquel Hernández; “Roxane”, de Umberto Senegal; “Ingravidez”, de Adán A. Roque e “Intimidad”, de Juan Romagnoli, son algunas. Así “Romance en blanco y negro” viene a enriquecer esta nueva tradición, si se permite el oxímorom.

En el principio
Black Dot
De esta manera habló: «Andad por el mundo y multiplicaos.» Y nosotros obedecimos. Nos reprodujimos, pero no encontrábamos el gozo en la tarea. No sabíamos del placer ni las caricias. Éramos simples animales rudimentarios que obedecían al instinto. He aquí que un día uno de nosotros dejó de ser simple bestia y descubrió las formas del tacto, el gozo en los gemidos y la fantasía oculta en un cuerpo desnudo. En los albores del sexo encontró el soplo del erotismo. Dicen los que no saben de eso que fuimos expulsados del paraíso. ¡No es cierto! Así fue como encontramos lo divino.
Tallerista: Elisa de Armas

En esta minificción gozamos leer el tema del paso de la sexualidad al erotismo, el erotismo que se desprende de la sexualidad y se convierte en ritmo, en ceremonia, en arte y, que conduce a sentir el paraíso.

El día que vimos The Outlaw
Erik Zapién
Un día de verano estábamos jugando en mi casa hasta que decidimos colocar una película en la videograbadora. Era un extraño western que descubrí entre las cosas de mi hermano mayor. A Jéssica y a mí no nos gustaban las películas de vaqueros, pero aquella en particular nos atrapó; además, no había otra cosa mejor que hacer.
Tallerista: Tequila

El despertar al erotismo, al deseo del otro/la otra, el tránsito de la niñez a la adolescencia, es el tema en el que nos sumergimos al leer esta minificción.

Dina Grijalva
Coordinación de La Marina 2020
27 de February de 2021 / 10:08
DICIEMBRE · Dictamen del Concurso de Ficticia, con el tema de El erotismo en la minificción 27 de February de 2021 / 10:08
Coordinación de La Marina 2020
 

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