El panorama desde el cielo era imponente. Ver aquellos gigantescos árboles con sus hojas expuestas al sol, para convertir fotones en energía y soportar la vida, me produjo temor. Aunque eran una esperanza ante la escasez de recursos que priva en este tercer planeta, aquellos robustos armatostes metálicos, con millares de celdas fotovoltaicas en sus ramificaciones resultaban menos eficientes, cálidos y bellos que los verdaderos; una visión premonitoria de lo que puede esperarnos a los inquilinos de este condominio llamado Tierra.
Serpico
19 de February de 2021 / 05:35
Siglo XXII 19 de February de 2021 / 05:35
Serpico
Taller 20 de February de 2021 / 22:41
Elisa A.
 

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