Las paredes de la oficina se configuraban con el paisaje o la fotografía que deseara cada empleado. Gracias a los lentes de contacto de realidad virtual, cada uno personalizaba los muros de acuerdo a su gusto. La oficina en otro tiempo había sido un búnker, y los socios de la empresa, con influencias en el gobierno, lo adquirieron por una cifra irrisoria. Llamado El último unicornio, desde donde se operaría la evacuación del planeta, y se encargaría de la extracción de los recursos naturales que serían enviados a Marte.

Luego irían por el hierro, el magnesio y el silicio de la luna.

Más tarde, por los recursos disponibles en el resto de planetas del sistema solar.

En el siglo XIX un hombre soñaba con lanzar un proyectil a la luna. Ahora, 4 jóvenes de Harvard, se querían comer el universo.