Está sepultada detrás de las ventanas o entre los helechos. Ahí los caracoles llegan con su eterna parsimonia a deleitarse con los brotes de realidad que descomponen en una especie de líquido viscoso. De esto está fabricada la cotidianidad del tiempo. Los minutos practican una suerte de gimnasia que los hace elásticos y les permite hacerse largos o doblarse sobre si mismos. Ante la angustia de no ser lo que creemos invocamos a dioses, culpamos a otros, denigramos nuestros defectos. Deseamos otros destino y entonces desenterramos la desdicha, el dolor como un tubérculo deforme, y con un afilado cuchillo hacemos rodajas a la existencia.
Black Dot
03 de January de 2021 / 17:14
Metamorfosis 03 de January de 2021 / 17:14
Black Dot
Taller 08 de January de 2021 / 20:09
Jorge Oropeza
 

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