Fría, de corazón duro, indecisa. Dilapidó los bienes que su marido, Ulises, le dejó al partir para alimentar el estómago y las falsas expectativas de sus jóvenes pretendientes. Delegó la crianza de su único hijo, Telémaco. Se hizo famosa por la escasa productividad en sus labores textiles y por tener un nombre que no conviene apocopar.
Así y todo, cuando Ulises volvió después de veinte años de dura lucha, primero tuvo que exterminar a medio Ítaca, bañarse, aceitarse y vestirse como la gente y después rendir cuentas toda una noche, para poder acceder a su original y gélido lecho.
Nestórida
12 de March de 2017 / 14:32
Toda una tilinga caprichosa 12 de March de 2017 / 14:32
Nestórida
 

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