Cada noche ella traspone la puerta de su casa para recorrer el boulevard en actitud de búsqueda. Camina sigilosa como un gato con gesto de pantera y mira, indaga cada sombra, cada figura que se le aproxima. Los hombres la acechan y ella los ahuyenta con un soterrado gruñido animal: no es él.
Otra vez retornará sola a su morada con la ausencia en las venas.
Sin embargo, cuando empieza agonizar la noche y la bruma diluye las siluetas, entre los sonidos del mar y el olor a moluscos, desde la arena, con pasos firmes, aparece él.
Ella tiembla en la húmeda tiniebla y por un instante la memoria de los astros, el desatino del cosmos, la incógnita del infinito, el todo y la nada se despliegan en su cuerpo: aparta el tul que cubre su pecho y obsequia bajo la luna macilenta la arteria henchida. Luego el corazón, el humor vítreo, la médula, las entrañas y hasta el último de los suspiros, ofrece.
Amarige
20 de December de 2020 / 22:13
El llamado 20 de December de 2020 / 22:13
Amarige
COMENTARIO : 24 de December de 2020 / 12:55
El último Abencerraje
 

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