Que nos vean
Había algo mal pero no sabía qué. No te preocupes ya será después, me decía. Me levanté de la cama pero ella me detuvo y me abrazó. Podía sentir sus pezones aún duros pegados contra mi espalda, sus manos recorrían mi pecho y me besaba detrás de las orejas. Esto es delicioso, pensé, pero algo falta. Su mano descendió por mi cuerpo y empecé a sudar. Pensé que era hora de tirar la toalla e irme. Volteé a ver su recamara, no había nada en particular que llamara mi atención. Su mano había llegado a mi entrepierna y se movía afanosamente. Entonces noté a un lado de la cama dos pares de ojos viéndome. Viéndonos. Todo estuvo completo. Me volví y devoré su boca hasta sentir el ardor en los labios.
Caim Reyes
18 de December de 2020 / 16:53
18 de December de 2020 / 16:53
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