En actitud complaciente lo toca casi como acariciando, hasta palpar con recato su elevación. Anima las acciones para que se relaje y disfrute del encuentro. Lo provoca balanceando suavemente sus piernas, en ademán de entreabrirlas y cerrarlas alternativamente, para aumentar la ansiedad. El juego de tensiones, seduce al varón hasta límites del estallido anticipado. Pero ella sabe cómo ralentizar la descarga, con masajes estratégicos que aportan calma a los impulsos sin control. Lo distrae para que recupere el ritmo sin incinerar la energía en pocos golpes. Impulsa nuevamente la operación rumbo al éxtasis, lo anima con astucia para que siga gozando. Lo escandaliza y avergüenza con el ritmo cambiante, disparando estímulos direccionados a los sensores más recónditos.
El muchachito, bañado en timidez le aproxima los labios a los de ella. Pero una frese autoritaria lo detiene: “Nunca olvides niño que aún aquí, yo soy tu maestra”.
Shooting Star
18 de December de 2020 / 14:48
Docente 18 de December de 2020 / 14:48
Shooting Star
Taller 19 de December de 2020 / 12:55
Elisa A.
 

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