Liberación
Ahí estaba, por fin, inmóvil delante de él después de una larga espera. La contempló desde todos los ángulos para familiarizarse con ella. Percibió sus contornos y relieves mientras paseaba la vista con deleite. Imaginándola desnuda, admitió que era perfecta y apremiado por el deseo, fue descubriendo con delicadeza, palmo a palmo, de la cabeza a los pies, cada parte de su cuerpo. En su recorrido, los senos núbiles, pequeños y firmes, brotaron ante sus ojos; después los brazos y unas manos delicadas que procuraban cubrir con pudor los senos y el pubis. No se detuvo hasta terminar de develar sus piernas y fue entonces cuando, excitado, pudo admirarla y entregarse con placer hasta la consumación de la empresa. Al terminar, Menofanto elevó los ojos al cielo y agradeció a los dioses aquellos dones que le permitieron desnudar la piedra y liberar a Afrodita de su encierro.
Pseudónimo
15 de December de 2020 / 14:48
15 de December de 2020 / 14:48
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