El desfile
La sucesión de cuerpos desnudos desfilando en círculo frente a sus ojos era provocadora. El bronceado perfecto, los pechos descubiertos, en armonía con los muslos y piernas exhibidos sin recato, solo despertaban un apetito insano en él. No pudo resistir la tentación de disfrutar de esa carne ardiente, suave y atractiva. Sin pensarlo más, tomó la cartera, hizo cuentas y sacó un billete para mitigar su deseo con un poco de satisfacción fugaz. Nunca se arrepintió de su infidelidad. Como vegetariano, tuvo que reconocer que el pollo rostizado estaba delicioso.
A.G.
12 de December de 2020 / 15:30
12 de December de 2020 / 15:30
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