De alguna manera he querido correr y poder saciar el antojo de extenderme, extraviado estoy desde que ocurrió la magnificencia del raciocinio junto a la ética en sus demás ramas para el comprendimiento, que en la nada y con el todo creemos que estamos, que no hallamos la constancia del qué soy, qué eres, qué somos, con la certeza de que en algún momento vamos a descansar. Con miedos, logros y monstros hemos vivido para estar en la cima y declive de la vida, donde los rascacielos nos llegan por los tobillos o las personas nos quedan enormes. De alguna manera sobresalen mis disturbios mas desesperados, mientras todo sigue su ciclo en el abismo, basto y bello infinito, narcisista y egoísta dentro de la opinión de cada uno. Y él, él ahí esta con la esperanza de que se disipe la hemorragia que la civilización ha logrado, quizás así sea que representemos algo.