Cuando el hombre llegó apresurado y sudoroso al quirófano, empezaba el alumbramiento de uno de sus hijos. Había conducido casi mil kilómetros para estar ahí y quedó horrorizado al ver emerger un bulto oscuro y sanguinolento, bañado en un líquido viscoso, con un cordón enredado al cuello. Su pulso se aceleró y pensó en lo peor. Por su cabeza cruzaron toda clase de emociones encontradas mientras miraba fijamente al bebé. Su esposa era blanca, él también y no había antecedentes de mezcla racial en ninguna de las dos familias. Recordó sus constantes viajes y ausencias por motivos laborales. Su mente se obnubiló, y con evidente irritación y profiriendo maldiciones, quiso increpar en ese momento a su mujer, pero fue interceptado por una enfermera, quien le dijo:

–Antes de acercarse y decir palabra, póngase esta bata, los guantes, el cubrebocas y quítese esas horrendas gafas para el sol. Oscurecen el entendimiento.
Isishayo
18 de November de 2020 / 05:58
Supremacía blanca 18 de November de 2020 / 05:58
Isishayo
tallereo 1 29 de November de 2020 / 19:15
carlos martín briceño
 

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