El animal repta, escudriña y acecha a su próxima víctima. Lo mueve esa ancestral sed de sangre y el apetito por la carne que lo mantendrá vivo un tiempo más. Se regocija con solo pensar en el festín al devorar aquella bella presa. Mientras el silencio se hace más denso, la adrenalina fluye y la tensión aumenta. El tiempo corre. Avanza con cautela, respira sin prisa, estudia cada paso y espera el momento oportuno. Cuando éste llega, lo hace con agilidad y elegancia y ante la sorpresa, cunde el desconcierto en su oponente. Unos movimientos más y podrá anunciar el jaque mate.

Satisfecho su instinto, la bestia dentro de él podrá hibernar un tiempo.
Pepe Le Pew
13 de November de 2020 / 14:26
Instinto y estretegia 13 de November de 2020 / 14:26
Pepe Le Pew
Taller día 13 19 de November de 2020 / 13:52
Laura Elisa Vizcaíno
 

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