El silencio era el rey, la oscuridad su consorte. Cháos, fos, íchos, locus y kairós, los fundadores del universo primigenio, fueron el producto de aquel primer parto, abrupto y doloroso, del que nacieron galaxias, nebulosas, supernovas y quásares. Soles y planetas fueron apareciendo a lo largo de incontables milenios. Un día ocurrió lo insólito: una afortunada combinación de átomos y moléculas se reprodujo a sí misma. Ese fue nuestro primer ancestro. Gracias a ello, milenios después, los cinco precursores se han adaptado a su nuevo hábitat en la ciudad, en la calle y en los hogares, donde han sentado sus reales en este pandemónium que llamamos tierra.
Pi
05 de November de 2020 / 23:13
Tras el Big Bang 05 de November de 2020 / 23:13
Pi
 

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