Ese brillante sortilegio, esa encantadora alquimia que descorre la cortina de los posibles futuros es ilimitado. Un objeto que estruja el alma y no puede ser llevado a los ojos de ningún hombre. Es una peligrosa fuente de sabiduría. Ilimitado en su uso por la extravagante naturaleza de contener el todo en su iridiscencia. Terrible por revelarnos la suerte por espantosa que este sea. Aunque se le encontrara nombre a aquello que ignoramos saber sería tan malo mostrarlo a los mortales como la antigua costumbre de querer cambiar el pasado para adornar el presente