Ese miércoles, antes de que Daneri cerrara la trampa del sótano alcancé a ver la hora. Eran las siete menos cuarto. Cuando regresó, miré instintivamente el reloj y no habían transcurrido siquiera treinta segundos. No pude explicarme que en tan poco tiempo hubiese sido posible ver tanta maravilla. Había sido un increíble y portentoso recorrido a través del tiempo y el espacio. Después salir de aquel agujero, intercambiar palabras y despedirme como lo narré en mi relato, llegué al subterráneo, donde todas las caras me parecían familiares y temí que no quedara una sola cosa capaz de sorprenderme, pero estaba en un error. Cuando llegue a casa una hora después, el corazón me dio un vuelco al ver el calendario: era jueves y llegaría tarde a la reunión del Club de Escritores.
Simbad
15 de October de 2020 / 23:10
Addendum 15 de October de 2020 / 23:10
Simbad
Taller del día 15 28 de October de 2020 / 21:15
Patricia Mejías
 

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