"El faro", a propósito de la desnudez. Autor: Carlos Alcocer
EL FARO
Me levanto a abrir la ventana; el calor me despertó otra vez. Cuando regreso a acostarme, la tenue luz de la calle te hace presente; desnuda, yaces sobre el hombro derecho con el pelo ensortijado como serpientes de medusa; me acerco a tu lado de la cama y me siento apenas en la orilla. ¡Cómo me gusta observarte cuando sueñas! Apenas rozando los litorales tu piel, la recorro con los dedos. Las yemas reconocen el camino y surcan las distancias con el viento a favor; suben y bajan al ritmo de tus hombros, tus caderas. El contacto de mis manos sólo te arranca un suspiro muy quedo; estiras el brazo y tus pechos expuestos son el faro que me guía; humedezco el dedo índice con la lengua y trazo pequeños círculos sobre tus pezones y esa piel, antes serena, se yergue señalándome. Desde tus sueños me sonríes.
Me levanto a abrir la ventana; el calor me despertó otra vez. Cuando regreso a acostarme, la tenue luz de la calle te hace presente; desnuda, yaces sobre el hombro derecho con el pelo ensortijado como serpientes de medusa; me acerco a tu lado de la cama y me siento apenas en la orilla. ¡Cómo me gusta observarte cuando sueñas! Apenas rozando los litorales tu piel, la recorro con los dedos. Las yemas reconocen el camino y surcan las distancias con el viento a favor; suben y bajan al ritmo de tus hombros, tus caderas. El contacto de mis manos sólo te arranca un suspiro muy quedo; estiras el brazo y tus pechos expuestos son el faro que me guía; humedezco el dedo índice con la lengua y trazo pequeños círculos sobre tus pezones y esa piel, antes serena, se yergue señalándome. Desde tus sueños me sonríes.
Coordinación de La Marina 2020
01 de October de 2020 / 10:34
01 de October de 2020 / 10:34
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