Tenemos tres minis que empatan en el primer lugar:
Black dot, Pepe Le Pew y Serpico

y dos con mención honorífica:
Pseudónimo y Pitágoras

TRES PRIMEROS LUGARES

Asciendo a tu reino
Autor: Black dot
Tallerista: Jorge Oropeza

En la blanca sábana, una línea dibuja tu pie que escapa de una manta. Juguetea en tus uñas y se entretiene en tu tobillo. Pasa saltando venas azules, y se repega a tu pantorrilla cual enredadera a un muro que se adorna de verde. Se embrolla en tus muslos hasta que por fin logra liberarse y trepa a tu pubis denso y negro; respira tu aroma, presiente tu calor. Sigue su camino rondando tu ombligo perfecto, tus lunares como constelaciones. El camino la conduce a tus senos. Traza una parábola y luego una circunferencia de donde nace un tibio y dulce pezón. Te dibuja los ojos, la boca pequeña, los labios carnosos y carmesí. Tu cabello nace de ella, siempre precisa y memoriosa. Hipnotizado, la sigo al tiempo que desvela tu cuerpo y en un simple, llano trazo, nos une a los dos.

NOTA: Curiosamente, a pesar de que el tema de esta convocatoria es la desnudez que puede conectarse directamente con el erotismo, pocos participantes construyeron sus historias desde la perspectiva del cuerpo humano y la piel que lo limita y lo pone en contacto con su entorno. "Asciendo a tu reino" es una de las escasas excepciones. Dicha minificción recurre a un manejo sobrio y elegante del lenguaje, y nos lleva en un vuelo virtual a recorrer los coloridos territorios del cuerpo amado. El lecho y las sábanas, como la arena y las armas, para crear la estrategia de la batalla que habrá de librarse tras la contemplación del amante.


Estatuas humanas
Autor: Pepe Le Pew
Tallerista: Daniela Truman

El Manneken Pis, El pensador de Rodin y El David de Miguel Ángel son algunas de las obras que ha representado desde niño y le han dado fama, además de merecerle algunos arrestos, pago de fianzas o encierros en la cárcel. El más célebre y polémico de sus performances fue el de La Sirenita de Copenhague, poco antes del grave accidente en motocicleta que sufrió al huir. Una vez recuperado y en libertad, planea encarnar a La Venus de Milo.

NOTA: No debe considerarse una condición Sine qua non mencionar la palabra desnudez para imaginarla. "Estatuas humanas" realiza lo anteriormente descrito con acierto y de manera sucinta. La evocación de algunas de las más famosas estatuas de Europa nos invita a realizar un recorrido por los recuerdos, en el caso de los viajeros, o una oportunidad de visualizar lo que no se conoce en vivo y de cerca, pero que sabemos que tiene un enorme valor icónico para varias ciudades. La sutil y oportuna aplicación del humor negro cierra con fuerza esta divertida minificción.


Manos
Autor: Serpico
Tallerista: Mónica Brasca

Ausentes y etéreas, se idearon a sí mismas. Ante la mirada de satisfacción del artista, fueron dándose forma una a la otra, entrelazadas, sobre la hoja. Una vez más él comprobaba que, de la desnudez del papel en blanco, la imaginación puede hacer surgir lo imposible. Al terminar, Escher sonrió y estampó su firma.

NOTA: Las artes plásticas y prácticamente cualquier manifestación artística parte de la desnudez de una hoja, de un lienzo, de una pantalla o un espacio físico o de una pieza de mármol. La maravillosa imagen de Escher, donde dos manos gemelas y opuestas van creándose una a la otra, es un potente ejemplo de lo anterior. El permitirse ir más allá del lugar común del cuerpo humano desnudo es, en este caso, un ingenioso acierto.


DOS MENCIONES HONORÍFICAS

Sinceridad
Autor: Pseudónimo
Tallerista: Laura Elisa Vizcaíno

Mientras develaba la escultura que recién había terminado, Menofanto elevó los ojos al cielo y dijo:
–Agradezco a los dioses haberme dado el don para descubrir la cáscara y a los hombres por el cincel y el martillo que me permitieron quitarla y desnudar la piedra. Afrodita, como diosa que es, ha estado ahí desde siempre.

NOTA: Está reservado únicamente para los escultores que van devastando la piedra el derecho a ser los únicos artistas que se enfrentan al parto de su creación, a través de la magia del descubrimiento que les va mostrando poco a poco los rasgos y las formas de aquello que acabarán por representar. La evocación de un personaje de alto impacto, como Afrodita, le permite a esta minificción contar con un cierre potente y definitivo.

La otra desnudez
Autor: Pitágoras
Tallerista: Tomás del Rey

El famoso fotógrafo Spencer Tunick está muy preocupado. Da vueltas por la habitación del hotel e insiste en mirar por la ventana a la plaza vacía frente a él. A últimas fechas, los desnudos masivos que organiza se han visto amenazados por un competidor inesperado. En tan solo unos meses, un insignificante virus ha demostrado mayor poder de convocatoria, dejando al descubierto la desnudez y la fragilidad humanas. Mientras, su cámara languidece en la mesita de noche.

NOTA: Hacer mención de un artista que vive de retratar la desnudez de manera masiva y colocarlo en una situación de peligro extremo en cuanto a su fututo profesional inmediato, hace de esta historia algo actual y posible. En muy pocas líneas "Pitágoras" recrea un momento cotidiano en la vida de un Spencer Tunick presa del pánico y la desolación. La desnudez, como materia prima de su trabajo, ha sido encadenada mediante un atentado del que no sabemos si saldrá bien librada.