Ir a los estadios y ver por televisión los partidos de los grandes equipos fue una de aquellas cosas que fueron sepultadas para siempre el día que acudió a un juego de ligas menores. Por salarios ínfimos, esos jugadores sí ponían el corazón por delante, sudaban la camiseta y sufrían lesiones verdaderas. No había teatro.

Aquel espectáculo real y auténtico le haría perder el interés por los profesionales. Más tarde, su entusiasmo y fanatismo habituales  lo llevaron a participar en la fenomenal trifulca donde, también, perdería la vida.
Isishayo
17 de September de 2020 / 04:22
Tribus del fútbol 17 de September de 2020 / 04:22
Isishayo
Taller 17 de September de 2020 / 15:59
José M. Nuévalos
 

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