Fumador
Prometió que ni muerto dejaría la costumbre exhalar esas volutas de humo que tanto placer le producían. Desde que empezó a fumar, cuando era socialmente aceptable, las restricciones se hicieron cada vez mayores. Primero en la oficina, luego se sumaron aviones y autobuses, hoteles, restaurantes y bares y, por último, su propia casa, cuando la esposa se lo prohibió. Y cumplió su promesa. Esa tarde, grandes espirales de humo ascendían desde el patio trasero después de que se autoinmoló en formal protesta.
Humo blanco
04 de September de 2020 / 18:29
04 de September de 2020 / 18:29
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