Prometió que ni muerto dejaría la costumbre exhalar esas volutas de humo que tanto placer le producían. Desde que empezó a fumar, cuando era socialmente aceptable, las restricciones se hicieron cada vez mayores. Primero en la oficina, luego se sumaron aviones y autobuses, hoteles, restaurantes y bares y, por último, su propia casa, cuando la esposa se lo prohibió. Y cumplió su promesa. Esa tarde, grandes espirales de humo ascendían desde el patio trasero después de que se autoinmoló en formal protesta.
Humo blanco
04 de September de 2020 / 23:29
Fumador 04 de September de 2020 / 23:29
Humo blanco
Algunos cambios mínimos 08 de September de 2020 / 13:33
Marcial Fernández
Aquí va de nuevo 09 de September de 2020 / 07:20
Humo blanco
Seleccionado. 11 de September de 2020 / 13:22
Antonio Lobaces
Ese tal Lobaces también soy yo. 11 de September de 2020 / 13:25
Marcial Fernández
 

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