título: Sueño imposible
autor: bebé

Todo era perfecto en ella. Cada vez que pasaba cerca me atraía más, hasta obsesionarme. Por las tardes, al salir de trabajar, me quedaba mirándola desde la puerta sin atreverme a abordarla. Estaba enamorado de su figura bien delineada, de sus proporciones perfectas, del color de su piel. El día que mi jefe renunció y ocupé su lugar, recibí una gran desilusión. Al sentarme y tocar esa piel desnuda que tanto ansiaba acariciar, descubrí que la silla estaba forrada con una burda imitación de plástico y que el puesto me importaba un comino.