Que maravilloso milagro eres tú, que increíble sentimiento recorrerte. Que arrancarle suspiros al aire, desprender la ropa de tu cuerpo pleno. Que rozar la piel, acariciar la mano. Que rozar los labios, contemplar el iris de los ojos, verse reflejado en ellos. Que sentirse vivo, como un cable de alta tensión, energía pura. Que acostarse a tu lado y mirar tus pechos y tocar tus muslos, hundirse en tu sexo. Que éxtasis, que gozo divino, que gloria sin cielo, que pecar sin infierno. Que delicado exquisito universo eres toda tú.