La conocí hace tiempo y charlamos. Sentada en la piedra desde donde se sienta a contemplar el mar, me platicó del rencor que siente hacia quien la creó. Confesó que daría cualquier cosa por abordar alguno de los barcos que se cruzan en su vista, para disfrutar de brisa tibia, o porque alguien le prestara un abrigo durante el invierno. Le ofrecí llevarla conmigo pero se rehusó, argumentando que padece el Síndrome de Estocolmo. Estoica, se resigna a su desnudez y a su destino como símbolo de Copenhague.
Lafitte
10 de August de 2020 / 21:43
La pequeña nereida 10 de August de 2020 / 21:43
Lafitte
Seleccionada 15 de August de 2020 / 07:53
Tomás del Rey
 

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