—Mira —me dice Totó y me muestra unas revistas que al abrir están llenas de fotografías.
—De donde sacaste esto —pregunto sin perderlas de vista.
—Son de mi papá, las tiene escondidas en el armario de su cuarto, porque si mi mamá las encuentra se enoja con él.
—No va a poder decir nada cuando se dé cuenta de que están perdidas — le comento y los dos reímos.
—Las voy a regresar a su lugar, pero primero las revisamos, toma esta y luego cambiamos —me dice.
Veo la cara de una rubia, sus pechos y sus caderas, las piernas y el nacimiento de su sexo que no tiene bello. Cambio de hoja y ahora es una pelirroja, con los muslos más bonitos que he visto y unos pechos descomunales. Sigo, pero todo es una sucesión de mujeres desnudas. Acaso, me pregunto, ¿los hombres no se encueran?