SERPICO - Moda 2020

El desfile de modas para la temporada de verano reunió a los más afamados diseñadores. Un atuendo de dos piezas, muy acorde con los tiempos, fue la sensación entre las colecciones presentadas. Según la crítica, es una mezcla perfecta y bien equilibrada que evoca el pasado remoto para proyectarse hacia el futuro inmediato. Modelada por una pareja, la innovadora prenda unisex consiste en un taparrabos que combina de maravilla con un tapabocas estilo tanga.


PSEUDÓNIMO - Deseos cumplidos

Al frotar la lámpara que encontró en la tienda de antigüedades, hizo su aparición el djinn. Sin pensarlo dos veces, le pidió unas vacaciones de verano. También quería verse rodeado de sol, palmeras y arena, además de estar con una buena compañía. Una nube de polvo lo envolvió de inmediato y fue llevado a su destino, un pozo petrolero abandonado de la entidad estatal ARAMCO, cercano a un oasis en medio de la península arábiga. Agobiado por el calor, el permiso de vacaciones expedido por la empresa y el boleto de avión a Hawaii que sostenía en la mano solo le sirvieron como abanico, mientras el genio, a bordo de un vehículo todoterreno con aire acondicionado, se perdía detrás de las dunas.


BLACK DOT - El vendedor de caldo

—Ay hijo —me dice la señora al ver mi olla humeante —Esta temporada tan calurosa no es para vender caldos de pollo. ¡A quién se le ocurre! En el verano debes vender helados, gelattos y cosas de ese tipo. ¿Quién va a querer comprar algo hirviendo si el cuerpo está sudando y lo que pide es algo fresco?
La mujer me empieza a hartar, cómo no va a sudar a estas alturas del año, con esa gordura que le revienta las costuras de la ropa y hace que me sienta mal por sus zapatos que tienen que aguantar esa pesada carga.
—Bueno, nada más para que vendas y no vayas a querer hacer maldades dame dos órdenes para llevar y no te olvides de ponerle cebolla.
—Gracias patrona —contesto yo al tomar el billete con el que me paga.
Le sirvo todo en un contenedor de plástico y la dejo que se vaya. Da unos pasos y voltea para preguntar si no me olvidé de la cebolla, —¡No patrona, cómo se me va a olvidar¡—,le digo ofendido.
Eso es lo que disfraza el sabor de los perros que sacrifico porque en el verano, a veces, se contagian de rabia.