Amo el verano como ninguna otra época. Mis ventas aumentan en la misma proporción que la frustración de los niños. El calor es una gran ayuda, como también mi técnica especial. Entregado el producto, antes de que pasen dos minutos, la segunda bola de helado resbala y cae invariablemente, junto con las perlitas de chocolate y su ilusión. Después de la rabieta, siempre regresan a comprar otro, tomados de la mano de sus complacientes padres.
A.G.
20 de July de 2020 / 08:10
Vendedor de desencantos 20 de July de 2020 / 08:10
A.G.
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.