Aunque parece una simple anécdota, tiene algo de trasfondo, con base en el libro "The chimp paradox" y algunas experiencias parecidas en el condominio donde vivo. Veamos si con los cambios que hice despega, gana altura y no se desploma.

La guerra de los simios y los decibeles

En el condominio “Viena”, ningún vecino quería dar su brazo a torcer al inicio del confinamiento. Cuando alguien puso música, a otro no le gustó y encendió su aparato con la propia, a mayor volumen. Después vino un tercero y el conflicto escaló hasta convertir al edificio en un manicomio. Así, cuando el primate que todos llevamos dentro ve invadido su territorio o pisoteados sus dominios, empiezan los pleitos de familia, guerras, revoluciones, alzamientos, genocidios, escisiones de negocios y hasta los divorcios. Finalmente apareció un sensato que puso fin a la pesadilla. Llegó hasta el interruptor general y cortó la energía eléctrica. Tras las protestas, la medida nos hizo recapacitar. Ahora, sólo cantamos “a capella” en la ducha y hay planes para que debute nuestro coro, “Los simios cantores del Viena”, cuando termine el encierro.

Espero tus comentarios

Saludos
Pseudónimo
21 de June de 2020 / 19:28
La guerra de los simios y los decibeles 17 de June de 2020 / 18:11
Pseudónimo
tallereo 20 de June de 2020 / 17:01
carlos martín briceño
Hola, Carlos 21 de June de 2020 / 19:28
Pseudónimo
Comentario adicional 21 de June de 2020 / 19:34
Pseudónimo
 

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