Maestro de mi dominio (día 41)
Tiene días que no puedo salir de casa y sin embargo oigo el rumor del mar cuando las olas revientan cerca de la playa. Siento su olor salado. Las plantas de mis pies se acuerdan de la arena. Por una nube de mi memoria vuela una parvada de gaviotas y un pelicano se lanza en picada a robar un pez plateado al agua. Dos niños desconocidos juegan conmigo. Esposa e hija disfrutan el sol pleno. Me imagino a los Kentukis de Samanta Schweblin. Sé que puedo odiar el murmullo del refrigerador y al lavavajillas, que en el garaje hay vida, diminuta, pero vida. Que inmenso es el encierro.
Black Dot
02 de June de 2020 / 07:48
02 de June de 2020 / 07:48
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