Conocía a Gerardo desde la universidad, gran amante de los deportes extremos. Después de asistir a su boda con Martha, una condiscípula, y enterarme que se había ganado el mote de “el nueve vidas”, dejé de verlo unos meses, hasta que hace unas semanas nos cruzamos en la calle.
–Mi vida, te presento a Fernando –exclamó y después me dijo– ¿Conocías a Sofía, mi esposa?
–No tenía el gusto. Es un placer, Sofía –. Luego platicamos brevemente.
Ayer lo volví a encontrar en el cine.
–Mi vida, él es mi amigo Fernando del que te platiqué –le dijo a su acompañante, antes de dirigirse a mí– Fer, ella es Beatriz, mi esposa.
Entonces entendí la parte deportiva. Me faltaba conocer sus otras seis vidas.
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08 de May de 2020 / 01:36
De vidas y deportes 08 de May de 2020 / 01:36
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Taller 08 de May de 2020 / 12:16
SAPO
 

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