El traficante de arte encargó a un ladrón novato conseguir la pintura de El entierro del conde de Orgaz.
–¿El conde de qué?
–De Orgaz
–Orgaz, ¿como orgasmo?
–Exacto
–Muy bien, vuelvo en una semana

Días después, el maleante olvidadizo regresaba con el cuadro sustraído. Nada que ver con lo solicitado. Traía un cuadro de Erasmo de Rotterdam pintado por Durero.
Simbad
03 de May de 2020 / 04:54
Desmemoriado 03 de May de 2020 / 04:54
Simbad
Comentario 08 de May de 2020 / 20:45
El último Abencerraje
 

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