Un reflejo en la penumbra
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Si es verdad, como dice Borges, que los cuentos se basan en anécdotas mientras que las novelas en caracteres, Sánchez Clelo ha logrado una extraordinaria combinación de ambas cosas al ofrecernos varias minificciones que narran la historia de un personaje típico de la novela negra, un antihéroe al que el autor bautizó con el nombre de Buck Spencer; su oficio: detective privado, un tipo “duro de pelar”, irónico y solitario instalado en su sórdida oficina (en donde hay un perchero del que cuelgan una gabardina y un sombrero, y él carga un revólver bajo el brazo) donde recibe a sus clientes, amigos y enemigos para que les resuelva algún caso.
Hernán Lara Zavala
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