Este volumen contiene 96 minificciones escritas como un diario de viajes al centro de lo cotidiano. Cada imagen es una ventana para acceder a una mirada, una paradoja o un recuerdo.

Probemos el estilo del autor, como si se tratara de un vino, saboreando breves sorbos:

• Después de titubear un instante (un instante que fue como cruzar una calle o un mar), avancé hacia ella hasta que mis ropas adquirieron la transparencia de sus labios. (Una ventana al mar)
• Cada palabra que trazamos en la página en blanco nos va despojando de lo único que puede hoy salvarnos: el silencio. (Oficio de la luz)
• Perder a una mujer es, también, de algún modo, la mejor forma de haberla tenido. (Selección natural)
• Una mujer que aprenda mi nombre a besos cada día. Mujer que ronque como roncan las notas de un bandoneón. Mujer duplicado de mis llaves. Mujer hoja del árbol que soy, palabra de cuanto hablo. Una mujer que no tenga país de origen. Que cuando diga su nombre: llueva. (Mujer portátil)

Estas viñetas son un pasaporte a la escritura y sus materias primas: el amor, la imaginación y el azar. Con una silenciosa estampida de imágenes, Rogelio Guedea explora los momentos más comunes para convertirlos en su muy particular sintaxis del vuelo.

Lauro Zavala